Académico de Antropología recibe medalla por su desempeño académico

Durante el mes de marzo, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se realizó la ceremonia en la cual 154 alumnos de licenciatura, maestría y doctorado recibieron la distinción “Alfonso Caso”, debido a sus méritos académicos y su contribución en la producción de saber en materias comola Biología, Física, Matemática, Humanidades, Artes y por supuesto las Ciencias Sociales.

Es en esta instancia donde el Antropólogo de la Universidad de Chile y docente de nuestra facultad, Nicolás Gissi, recibió esta medalla y un diploma en reconocimiento a su tesis “Sistemas de intercambio económico, redes sociales e integración urbana de la población mixteca y chocholteca en la colonia San Miguel Teotongo, Ciudad de México”, investigación que le valió el título de Doctor en Antropología de la principal casa de estudios mexicana.

En una entrevista, el Dr. Gissi nos relata la importancia de esta distinción, su tesis y los paradigmas obsoletos sobre la materia, su paso por la UNAM y su percepción ante la experiencia de estudiar fuera de nuestro país.

¿Cuál es la importancia de este reconocimiento?

En la UNAM éste es un rito importante en el que se premia a los mejores alumnos y tesistas en el doctorado, maestría (magíster) y licenciatura en sus respectivas cohortes. Además de ser reconocidos los alumnos por sus logros académicos, el simbolismo de este premio se da por el compromiso de los tesistas tanto con México como con Latinoamérica toda. México es un país muy rico y complejo, por su diversidad cultural y patrimonio. Hay un importante mestizaje biológico y cultural y lo que se ha pretendido históricamente es construir un Estado-nación con objetivos comunes para todos pero que a su vez no pierda su diversidad. México tiene en total 110 millones de habitantes, con 62 pueblos indígenas a lo largo de su territorio. Entonces se premian las investigaciones que se destacan por un trabajo sistemático y originalidad en los resultados, que ayudan a enriquecer y comprender mejor la sociedad.

Cuéntame, ¿de qué se trató tu tesis?

Mi tesis se refiere a la integración socio-económica de dos pueblos indígenas en Ciudad de México, los chocholtecos y los mixtecos, originarios del estado de Oaxaca, el cual es uno de los estados más ricos en cuanto a sus culturas pero más pobre en materia económica. Por lo general, se investiga el tema indígena ligado a la ruralidad, en lo que se ha definido como “regiones de refugio” o en otras palabras, en los asentamientos en los cuales perduraron los grupos étnicos con posterioridad a la conquista española y a la colonización mexicana. Ahora que estamos en un proceso de globalización, estos grupos indígenas gozan de una gran movilidad, desde las comunidades rurales hacia Ciudad de México y Estados Unidos. Aquí entonces, en vez de comunidad territorial, se habla hoy de “comunidad moral”, es decir, si bien no ocupan el mismo territorio, continúan los lazos entre ellos, con objetivos en común y la cooperación entre sus pares. Están dispersos, pero comparten valores y normas, siguen conectándose y apoyándose mutuamente, manifestándose también esto en la ayuda económica a sus comunidades campesinas de origen.

En pocas palabras, mi estudio se centró en los inmigrantes de los pueblos indígenas antes señalados en la DelegaciónIztapalapa, una de las más pobres y con mayores índices de criminalidad. Aquí es posible ver la integración en varios puntos. En primer lugar, se instalan a vivir juntos en 2 o 3 calles de un mismo barrio, son los llamados “enclaves étnicos”, segregados socio-espacialmente. En segundo lugar, actúan de acuerdo al principio de reciprocidad pero sin negar la economía de mercado, de hecho, les va bastante bien. Cada familia tiene o aspira a tener un negocio, por lo general, su casa arriba y su local abajo, ingresando a la economía de mercado, pero manteniendo sus principios indígenas, desplazando el individualismo. Ellos se encargan de transmitir estos códigos a sus hijos y a la edad de 17 ó 18 años, los jóvenes tienden a elegir entre seguir en el negocio familiar o bien entrar ala UNAMu otra universidad a estudiar, que son gratis, para ser profesionales. Aquí es donde muchas veces se rompe el paradigma de la reproducción de la pobreza, pues ambas alternativas son buenas. Gran parte de ellos se van a Estados Unidos o a otras ciudades de México, pero siguen conectados a través del teléfono e internet, a través del  facebook ahora, o sea se han apropiados de los avances tecnológicos. Finalmente, otro punto a destacar es la colaboración entre sus pares. Por ejemplo, si viene un campesino indígena a residir en la ciudad y quiere instalar un negocio, necesita un crédito pero los bancos no les facilitan recursos, ya que les exigen declarar renta y otros antecedentes financieros. Aquí es donde un pariente, que lleva más años en la ciudad, les hace un préstamo, el cual es devuelto vía pagos mensuales durante 2 o 3 años, todo ordenado mediante papeles.

¿Cuál tú crees que es el gran aporte de esta tesis?

En primer lugar, durante todo el siglo XX la sociología señaló, particularmente a través de la teoría de la modernización, que los campesinos indígenas debían adaptarse a la nueva realidad urbana, mestiza y de libre mercado, y señalaban que eso realmente estaba ocurriendo. En los años 50 y 60 se decía que debían dejar de lado su identidad étnica. Y esto no está pasando, por el contrario en la antropología cultural, con estudios etnográficos, con metodologías cualitativas, se ha demostrado que se integran a la nación pero sin perder la identidad étnica. Las investigaciones sobre población indígena en las ciudades se comienzan a difundir en los años 90. Sin embargo aún hoy muchos estudios siguen hablando de los indígenas sólo asociados a la pobreza, que poseen una economía alternativa, etc. Aquí no, en la tesis se visualiza la adaptación a las reglas del mercado mediante el comercio. Se desmitifica la asociación entre población indígena urbana y pobreza, los denominados guettos. Se muestra una nueva realidad, más allá de la ruralidad y marginalidad, revitalizando la identidad étnica desde nuevos asentamientos, que en vez de ser homogéneos guettos son muchas veces enclaves étnicos, o sea, socio-económicamente heterogéneos.

¿Cuál fue tu gran aprendizaje en esta experiencia fuera del país?

El viajar, antes de lo cognitivo, es un tema de madurez emocional. Como diríamos los antropólogos, uno no aprende sólo de los libros, sino con gente distinta y lejana. En todo caso, no me fui tan chico de Chile, ya llevaba 8 o 9 años trabajando, además del magíster. En la UNAM, existen profesores de larga trayectoria académica, y uno elige al especialista de cada rama o subtema que considera la investigación de doctorado, que en mi caso fueron tres. Además, uno se nutre no sólo de las clases, sino de las conversaciones que se sostienen, sobre todo con los profesores de la comisión. Ahora bien, hay un nivel mucho más exigente, en donde se dan por sabido muchos de los temas, cosa que no pasa en pregrado o incluso en el nivel de las maestrías. Hay que leer mucho durante los tres años de doctorado para nivelarse. En este ambiente, uno vive estimulado y aprendiendo, tanto por la exigencia universitaria como por la cultura distinta. En definitiva, le recomendaría a quienes desean estudiar algún postgrado, realizar idealmente tanto el magíster como el doctorado en el extranjero, ojalá en distintos países.

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