Antropología UdeC participó en el XII Congreso Chileno de Física y Química Ambiental con investigación sobre exposición al arsénico en poblaciones prehispánicas

La carrera de Antropología de la Universidad de Concepción estuvo presente en el XII Congreso Chileno de Física y Química Ambiental, realizado entre el 14 y el 17 de octubre en la Universidad del Bío-Bío, con la presentación de un estudio que aborda más de cuatro milenios de exposición al arsénico en comunidades costeras del norte de Chile.

El equipo estuvo conformado por el profesor Pedro Andrade, junto a los/as exalumnos Gonzalo Espina, Consuelo Huerta y Paz Aguilar, la estudiante memorista Paz Palomera, el colaborador y exalumno Cristian Baeza, y el profesor Yamil Neira del Departamento de Análisis Instrumental UdeC.

Un análisis multifactorial para comprender la vida en ambientes extremos

La investigación, titulada “Exposición crónica al arsénico en poblaciones prehispánicas de la costa de Antofagasta (Norte de Chile): un análisis multifactorial desde el Arcaico al Intermedio Tardío (4000 a.C. – 500 d.C.)”, examina la presencia de arsénico en grupos humanos que habitaron la costa desértica de Antofagasta durante un período que abarca desde el Arcaico temprano hasta el Intermedio Tardío.

El estudio integra datos de restos humanos, fauna arqueológica y aguas de vertientes, permitiendo una comprensión más amplia de las fuentes de exposición y sus efectos. Entre los hallazgos más relevantes se encuentran las altas concentraciones de arsénico en aguas utilizadas por estas comunidades y en la dieta marina, particularmente en el período Arcaico, con niveles muy superiores a los estándares actuales de seguridad.

Salud, adaptación y resiliencia

Además de caracterizar la exposición prolongada al arsénico, la investigación discute posibles impactos en la salud ósea y plantea hipótesis sobre mecanismos de adaptación biológica desarrollados por estas poblaciones a lo largo de miles de años. Los resultados aportan nuevas perspectivas para comprender cómo los ambientes extremos del norte de Chile influyeron en la vida cotidiana, la salud y la resiliencia de las comunidades prehispánicas.

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