En la Universidad de Concepción existen distintas jerarquías para distinguir a los docentes. Las tres más altas son profesor asistente, profesor asociado y profesor titular. Esta última distinción, la más importante de todas, fue la que obtuvo el Dr. Jorge Vergara del Solar luego que la Comisión de Contrataciones y Promociones de la Universidad (CCPU) aprobara por unanimidad su jerarquía de profesor titular de la carrera de Antropología.
“Sí, en efecto, se me concedió la jerarquía de profesor titular. Esto es un motivo de orgullo y, por otro lado, es una responsabilidad. Hay que justificar el nombramiento y, también, mantener una productividad académica a lo largo del tiempo”, indicó el Dr. Vergara tras conocer su promoción.
En relación a su trabajo como investigador, el antropólogo sostuvo que “mi principal temática ha sido el de las relaciones entre el Estado de Chile y los pueblos indígenas. Me he dedicado principalmente al pueblo mapuche, pero también al aymara. Yo trabajé hasta mi tesis de doctorado sobre el sector mapuche-huilliche, desde Valdivia a Chiloé, aproximadamente. Posteriormente realicé estudios sobre el área mapuche central (Región del Biobío y Región de la Araucanía) así como trabajos comparativos entre distintos pueblos. Por otro lado, mi trabajo es tanto de tipo histórico como contemporáneo. Secundariamente, he abordado la temática de la identidad cultural en América Latina, el debate de los intelectuales mapuches sobre su identidad y las relaciones entre identidades regionales y étnicas”.
El profesional también dio a conocer su visión de la vida universitaria y cuáles son sus expectativas en este nuevo desafío laboral. “Yo creo que la vida académica es la prolongación de una pasión intelectual. Una pasión que conlleva obligaciones formales como la enseñanza. Sin embargo, para mí estar en la universidad no tiene que ver única o exclusivamente con un ejercicio profesional, sino con mantener la curiosidad abierta sobre la realidad, sobre el mundo, sobre la historia y los temas que nos causaban curiosidad desde nuestra infancia y que nos mueven personalmente. Por ejemplo, yo no puedo decir que el interés en los pueblos indígenas estuviera presente en mi niñez, pero sí recuerdo el primer libro que leí acerca de este tema: “Juan Pérez Jolote”, de Ricardo Pozas, un gran antropólogo mexicano. Ciertamente, esta publicación no me marcó la vida, pero ayudó a crear una vocación que fui desarrollando posteriormente. Por eso creo que la vida académica tiene que ver con la inquietud intelectual y cómo esta se cultiva y/o prolonga a través de la investigación, la docencia y la vinculación con el medio. Para mí el estar abierto al conocimiento, estar siempre leyendo, estudiando y conociendo a otras personas y realidades es un verdadero privilegio”, recalcó.