En una entrevista otorgada a Radio Bío Bío, el académico del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales, Manuel Antonio Baeza Rodríguez, comentó acerca del aumento en las actuaciones violentas, que últimamente se han visto entre estudiantes y adultos, pero también en diversos eventos de connotación nacional. Una percepción de aumento de la violencia que el académico comparte, señalando que “es innegable que tenemos un incremento de la violencia, entendida como un lenguaje sustituto del lenguaje verbal. Cuando se desvaloriza el lenguaje verbal, la violencia toma el relevo”.
Baeza indicó que este es uno más de los efectos que ha dejado la pandemia de Covid-19. “El actual contexto es de pandemia y hay, desde el punto de vista de los niños y jóvenes, una suerte de retroceso en los procesos de socialización”, dijo el académico UdeC al locutor y periodista Sergio Osses.
“Eso afecta los aprendizajes básicos de convivencia, y es un efecto colateral del distanciamiento social”, explicó, señalando que el confinamiento obligó a dejar de frecuentar espacios de convivencia “que obligan a ciertos tipos de conducta y que retienen ciertos impulsos violentos”.
A pesar de que esta carencia de socialización puede afectar de manera significativa a los niños y niñas, también ha tenido un efecto en adultos, aseguró el académico. “Básicamente, al definir como contexto la pandemia, no hay distinción en materia de edad. Esto concierne a todas las personas”.
“En estas condiciones, los más vulnerables son personas de menor edad y también aquellos que tienen una suerte de capital cultural más precario, lo que les hace proclives a utilizar un tipo de lenguaje que se percibe más directo. El desprestigio de la palabra tiene que ver con algo que entendemos todos. Un golpe lo entienden todas las personas porque explicita una posición. Se impone lo que yo quiero, valga lo que valga y sin consideraciones éticas de ninguna especie”.
Existen soluciones
Para el profesor Baeza, el trabajo de padres, madres y educadores es fundamental para generar un proceso de resocialización. “Cuando uno habla de procesos de falta de socialización, lo que podemos pregonar es cómo hacemos para que las personas resocialicen, empezando con los de menor edad para que puedan tener una situación de convivencia, de compartir espacios y ocupaciones que permitan, de alguna manera, tomar contacto con la vida social tal cual es”.
Sin embargo, indicó que esto no significa pasar por alto que las generaciones jóvenes tienen un espacio de socialización importante en el mundo virtual.
“Se habla mucho de socialización entre pares, es decir entre coetáneos y experimentación de las cosas de la vida. En eso las redes sociales cumplen una función de vector de experiencias que personas de una misma edad tienden a asimilar como válidas, por el hecho de ser experimentadas por una persona que está en las mismas condiciones”.
De ahí que Baeza indicó que todavía queda por explorar de qué manera las redes sociales y el mundo virtual influyen en la socialización y en la banalización de la violencia. “Lo primero entonces, es retomar los valores esenciales de la convivencia. En segundo lugar, comprender que las redes sociales tienen una importancia muy grande y todavía mal entendida en su potencial”.