Escrita por Fernando Fierro y Francisca Heredia
En la década de los 90, tras la vuelta a la democracia, la en ese entonces Facultad de Educación, Humanidades y Arte, comienza un proceso tras un largo debate para dividirse y mejorar sus diferentes carreras de una mejor manera. Dentro del marco de estas transformaciones, las carreras de Psicología y Periodismo, que eran pertenecientes a dicha facultad, convocaron también a Sociología y Servicio Social (posteriormente Trabajo Social), con el fin de fundar una nueva repartición, la Facultad de Ciencias Sociales.
Como consecuencia de lo descrito anteriormente, en 1996 se oficializa la Facultad y se instalan los respectivos departamentos para comenzar una nueva vida académica, creando además, la carrera de Antropología. Y a día de hoy, la Facultad de Ciencias Sociales sigue impartiendo clases y formando profesionales con 4 de 5 carreras acreditadas.
Conmemorando en vida
El pasado 19 de mayo se realizó, en el Teatro de la Universidad de Concepción, una premiación a funcionarios de la Universidad de Concepción que cumplían 30 y 25 años de servicio a la comunidad.
Entre la lista de funcionarios premiados se encuentran pilares en la conformación de la Facultad de Ciencias Sociales que han estado desde su origen y primeros años operativa. Estos son la Dra Nieves Schade, docente de Psicología, la Dra María Teresa Soto y Rodrigo López, docente y auxiliar históricos respectivamente de la facultad y del departamento de Trabajo Social, con 30 años de servicio cada uno.
Por otro lado, tenemos a la Dra Tabita Moreno, Directora de Comunicaciones de la Universidad de Concepción y a la Dra Paulina Rincón, Vicerrectora de la Universidad de Concepción, con 25 años respectivamente.
Cada uno de estos funcionarios ha aportado notoriamente al desarrollo y funcionamiento de la facultad, es por eso que es necesario reconocer sus esfuerzos y experiencias para seguir enriqueciendo su trayectoria.
El primer acercamiento con la Universidad de Concepción
Cada persona cuenta con formaciones y experiencias diferentes, sin embargo, de alguna forma u otra encontraron y eligieron a la UdeC como su oportunidad de conseguir un desarrollo laboral y crecimiento personal.
Con respecto a esto, la Dra Schade comentó: “Yo soy de Tomé, y pese a que conocía y me llamaba mucho la UdeC, en ese momento no pude entrar a estudiar porque no había psicología, realicé mis estudios en la Universidad de la Frontera. Cuando ya terminé mis estudios, comencé a buscar trabajo en ‘conce’ e ingresé como colaborador académico acá en la UdeC en la asignatura que ahora imparto como profesora: psicología del desarrollo”.
Por su parte, Rodrigo López precisó que “mi papá me integró acá a la universidad, venía saliendo del servicio militar y desde ahí empecé a hacer trabajos que me salían. Trabajé en panaderías, de conserje, y de ahí me vinieron a buscar para trabajar acá en la facultad”.
A lo anterior, agregó que “repasando mi llegada en el año 1993, la UdeC siempre fue un trabajo estable y seguro, que quizás no era muy bueno el sueldo en un principio pero me daba seguridad, adquiriendo experiencia y estabilidad para mi futuro. Mi experiencia siempre ha sido administrativa, ayudando a los profesores, que todo siempre esté bien coordinado y organizado para que las cosas funcionen como corresponde, aprendimos a la antigua a trabajar de esa forma, entonces eso me enseñó mucho”.
Tabita Moreno, Directora de Comunicaciones de la Universidad de Concepción, contó que “yo diría que en la zona es de las mejores instituciones donde uno puede anhelar a trabajar, sobre todo si pensamos en educación superior y en la academia, la UdeC es la mejor ‘U’ de regiones. Sí uno no está en Santiago es donde uno quiere trabajar, yo entré muy joven y la experiencia ha sido muy buena”.
Moreno añadió: “Quiero destacar que la ‘U’ me permitió crecer académicamente, pues entré con magister y estando como funcionaria me fui a EEUU a estudiar mi doctorado. Me fui como funcionaria y volví manteniendo mi cargo académico, es destacable que una institución apoye a sus académicos”.
Complementando estos dichos, la Vicerrectora de la Universidad de Concepción, Paulina Rincón, se refirió a sus años como estudiante, ya que ella estudió “en esta facultad. Entré cuando Psicología era parte de la Facultad de Educación, Humanidades y Artes y egresé cuando ya estaba en la Facultad de Cs. Sociales”.
A su vez, complementó su declaración con detalles sobre su trayectoria trabajando en la facultad: “Afortunadamente en todo lo que he realizado a lo largo de estos 25 años me he sentido muy a gusto y he disfrutado. Me gusta hacer clases, sobre todo de temas que me apasionan. He disfrutado supervisando prácticas y guiando actividades de titulación, teniendo la posibilidad de trabajar en equipos de investigación con gran relevancia social. Creo que, en los distintos roles que he asumido, he podido trabajar en equipo para mejorar las cosas y con ello la vida de las personas que somos parte de esta institución”.
Por otro lado, finalizando con la línea académica, María Teresa Soto, Docente y Coordinadora clínica de Trabajo Social, relató que trabajó durante muchos años en el Juzgado de Menores en Coronel hasta que, por motivos de salud, tuvo que dejar ese trabajo. Ahí le ofrecieron una oportunidad en la UdeC, donde comenzó con un cuarto de jornada hasta llegar a jornada completa y ser parte total del plantel académico.
Son experiencias e historias como estas que evidencian cómo la universidad ha brindado apoyo y seguridad a las carreras de sus trabajadores, facilitando herramientas y posibilidades de seguir profundizando en su formación académica.
Eventos memorables en la trayectoria
A lo largo de tantos años trabajando, se pueden destacar ciertos momentos que, por una u otra razón, terminan marcando la experiencia laboral.
Nieves Schade relató que “una de las cosas más importantes fue cuando ganamos uno de los primeros proyectos de fondo en el área de ciencias sociales, eran muchos enfocados a varias aristas y este era el primero con un enfoque social; la creación de un modelo de atención primario. Eso hizo que yo viajara por todo el país difundiendo un modelo de atención más eficiente con reducción de medicamentos, desde Iquique hasta Puerto Williams, y sigo aun aportando en eso”.
Dentro de su tiempo trabajando para la universidad, destaca que, durante unos años fue jefa de carrera. Un evento sumamente significativo para ella, cuando se realizaba una toma de su facultad, fue cuando ella Nieves quería aclarar que el trabajo de los docentes es serio y no termina al salir de la sala de clases, por lo que ella trajo desde su casa una mesa y se sentó a trabajar afuera de su facultad tomada, lo que impactó a los estudiantes y fomentó las buenas relaciones entre docentes y estudiantado.
Tabita Moreno también aportó a la conversación: “Destaco los 100 años de la Universidad, es un establecimiento centenario con una traducción histórica que la vincula con una tradición y con la ciudad. Esa vinculación se mantuvo en este siglo y se sigue trabajando cotidianamente para seguir creciendo”.
Por su parte, María Teresa Soto añade otras experiencias que han marcado sus años trabajando en la facultad. “El crecimiento y evolución positiva de esta Universidad, de mi Facultad y del Departamento de Trabajo Social. El esfuerzo que hacen para contribuir positivamente en su buen funcionamiento. Ha sido muy motivante ver la evolución y crecimiento que tienen las/os alumnas/os en la medida que avanzan en sus años de estudio y, posteriormente, muchos en el desempeño de su profesión se destacan y llegan muy lejos”, explicó.
Cerrando estos hitos importantes, Paulina Rincón no se pudo limitar a sólo un acontecimiento, debido a que en su trayectoria ha contribuido en muchas áreas.
“Desde haberme formado doctoralmente al inicio, vivir en un país diferente, volver a Chile, conciliar el trabajo en la U con la práctica clínica. Asumir la Jefatura de la Carrera de Psicología, haber contribuido a su acreditación. Mi desarrollo como investigadora, mi paso por Desarrollo Estratégico que me permitió, además de conocer un equipo humano increíblemente bueno, una mirada completa de la UdeC y de lo que es el sistema de educación superior en nuestro país, hasta ahora”, contó Rincón.
Tras años de experiencia laboral se generan muchos recuerdos que terminan marcando la carrera de los funcionarios, sin embargo, también permiten analizar patrones de conductas, cuestionar los cambios y transformaciones que ocurren en la comunidad y con las personas.
Los cambios generacionales: la relación entre funcionarios y alumnos
A lo largo de los años, las tecnologías avanzan y las generaciones de estudiantes van cambiando. La relación e interacción entre los profesores, funcionarios y las preocupaciones se van transformando a medida que las necesidades sociales también se transforman, por lo que los estudiantes muestran intereses en otras áreas y su voz se hace oír de maneras que antes no eran tan comunes.
Nieves menciona que las generaciones de estudiantes siempre van cambiando con los años, explicando que su generación no era tan crítica con los problemas que ocurrían a su alrededor, y que ahora, las generaciones tiene más claro cuales son los problemas de la sociedad, lo que se complemente con el valor para alzar la voz y enfrentar las diferencias que ocurren. También, la transición que ocurrió en las salas de clases, ya que explicó que en los inicios de la facultad las clases eran exposiciones sin tanta participación del alumnado, ahora, existe una relación más transversal buscando generar participación.
Una opinión muy parecida tiene Moreno, pues también habla sobre la desigualdad que existía en la sala de clases y como ahora la relación es más abierta al diálogo. De igual forma acotó que “en el caso de los estudiantes, me parece que cada vez llegan más jóvenes, a pesar de que siempre llegan a los 18, parece que fueran más pequeños pero porque uno envejece, pero se nota el cambio en términos de intereses y críticas sociales. Por ejemplo en el tema de género, nosotros como generación éramos mucho menos conscientes y críticos de las situaciones y desigualdades que vivimos y seguimos viviendo las mujeres en distintos contextos, y creo que la nueva generación es mucho más consciente de ello y lo hacen ver.”
Dejando de lado la docencia, miramos la perspectiva de otros funcionarios, quienes pueden estar menos expuestos al alumnado, pero que cumplen un rol fundamental en el funcionamiento de la facultad. Debido a esto, Rodrigo López, auxiliar histórico de Trabajo Social, mencionó que las generaciones han cambiado mucho, puesto que “antes los estudiantes eran más cercanos, ellos como que se acercaban más a hablar, nos conversaban y nos pedían incluso más cosas; ahora no. Los alumnos que llegan son más ausentes, no hablan con nosotros, prácticamente no los conocemos, ellos vienen a su clase y se van; no hay como algo más familiar como existía antes, se siente super ausente.”
Sin duda es destacable la perspectiva de los funcionarios, pues ejemplifica cómo ha ido cambiando la docencia y la facultad desde sus inicios, sirviendo como ejercicio para analizar cómo fluctúan y evolucionan los docentes, los y las estudiantes, la relación con su entorno, sus preocupaciones y enfoques de su alrededor, hasta la sociedad misma.
Los desafíos del cambio
En cada aspecto de la vida nos enfrentamos a diferentes obstáculos o desafíos que nos hacen cuestionarnos o hasta enfrentarnos a realidad, en materia de la docencia, esto se vuelve una lucha diaria por estar al día con las tecnologías, conocimientos y capacidad de adaptarnos a lo que viene, todo se determina en el cómo abordamos esto y la disposición al cambio y el avance, tanto personal como social.
Schade mencionó un desafío al que socialmente no se le da la relevancia necesaria: el envejecimiento.
“Yo llevo un tema del envejecimiento pues a mi me interesa. Cuando tu tienes cierta edad, desde los 55 para adelante más o menos, son otros los intereses y los desafíos, me preocupa que no ha sido bien acogido en la sociedad y yo creo que es un desafío para y desde la universidad, siendo este último el cómo acoger a las personas, que no solo cumplen 30 años, sino experiencia, que va a predominar en este grupo y cómo nos enfrentamos siendo parte de una población mayor en esto”, explicó.
Moreno también enfatizó que, probablemente, la dificultad más grande es la que enfrentan en general las mujeres, ya que “conciliar el trabajo con la familia, sobre todo cuando los hijos son pequeños, es complejo. Por ejemplo yo hice mi magister y mi doctorado trabajando y siendo mamá, entonces eso te implica sacrificar muchas horas de noche, que los niños se duerman y después te pones a estudiar, después que ya están durmiendo, tú sigues trabajando para poder responder en todas las áreas específicas, creo que esa ha sido la mayor dificultad, pero también es una elección, pero creo que para las mujeres, eso es más difícil en general”.
Por su parte Rincón empatiza con lo expuesto por Moreno y complementó sus dichos, pues “en general, las tareas de docencia son muy compatibles, pero las de investigación, no lo son tanto, no hay horarios definidos para aquello y el medio es tan competitivo, porque los recursos que nuestro país dedica a investigación son tan pocos, que para lograr avanzar debes meter muchas horas extra y claro, cuando tienes niños/as las horas extra son a costa de tu sueño. Hoy he aparcado esa parte de mi actividad académica y salvo un par de cosas muy concretas en las que no estoy compitiendo, el tiempo laboral lo dedico a la gestión y ahí tengo límites claros para conciliar con mi vida familiar y de pareja”.
Finalizando con Soto, uno de los desafíos que considera de importancia, es la situación que se vivió a nivel de salud pública mundial, invitando a ser más empáticos y comprensivos, debido a que “sólo en los últimos años, relacionado principalmente con la crisis sanitaria mundial, la cual nos afectó a todas y todos en diferentes ámbitos. No estábamos preparados y rápidamente tuvimos que arbitrar medidas para seguir cumpliendo; la virtualidad, nuevas tecnologías, etc. En tiempos de guerra, crisis o catástrofe todos tenemos que empatizar, ser respetuosos y aportar lo más que se pueda”.
Reconocer y analizar los errores permite, en primera instancia, identificar cuales eran las problemáticas a las que se han enfrentado los profesionales y como se siguen abordando a día de hoy. Por otro lado, tener claro esto permite “dar cara” al futuro.
Reconocer el pasado para mirar al futuro
Es vital para desarrollar y crecer echar un vistazo al pasado, son las experiencias y los errores los que le permiten al ser humano un aprendizaje pleno. Por eso, reconocimientos como estos son necesarios pues logran ejemplificar la importancia que tienen los funcionarios para avanzar en distintas áreas.
En el caso de los premiados en esta ocasión, han sido piezas claves de lo que hoy es la Facultad de Ciencias Sociales y las transformaciones de la misma, considerando que algunos de estos se instauraron en la conformación de la facultad y otros en sus inicios funcionando, por lo que han visto crecer a las nuevas generaciones, sus distintas etapas y visiones del mundo, problemas que los aquejan y han podido colaborar en el avance de distintas materias sobre inquietudes con su entorno o el adaptarse a los cambios tecnológicos y la inclusión de las nuevas plataformas.