Asistente social Carmen Luengo, 25 años como académica

Siempre amable y sonriente
Siempre amable y sonriente

Empapada de nostalgia, júbilo y certidumbre, la mirada de la “profe  Carmen” atraviesa la ventana de su oficina en la Universidad de  Concepción, para perderse en un  paisaje repleto de sueños y anécdotas.  Y es que su alma está más presente que nunca en los pasillos de la  Carrera de Trabajo Social.  A 25 años de su ingreso como docente de la UdeC, Carmen Luengo Rocha, está convencida de que el paso por la universidad es uno de los momentos más gratos en la vida de una persona. “Siempre les digo a mis alumnos que acá no sólo se viene a estudiar. La principal misión es que se formen como personas”, afirma.

Su hada madrina

Al ritmo de sus dedos, que tamborilean sobre  la cubierta del escritorio, Carmen se sumerge en la mágica y apasionante etapa estudiantil.  La tranquilidad que se respira en su despacho coincide con aquellas fascinantes celebraciones de Navidad de los años 60, en el trabajo de su padre, el Ejército. Nunca pensó estudiar Trabajo Social, es más, le llamaba mucho más la atención la docencia, pero fue justamente en esta institución, en donde Carmen observaba y se encantaba con la labor que desempeñaba la asistente social que trabajaba allí, una mujer alta, de piel blanca y cabello claro. Era la encargada de organizar todo tipo de celebración al interior de la institución. Una verdadera “hada” para ella.
Sin embargo, en su etapa escolar, no recuerda ninguna labor ligada a la ayuda social. De hecho, fue en la universidad en dónde comienza no sólo a  desarrollar su vocación por el trabajo social y, además, por la docencia. Es más, en su segundo año comienza a realizar ayudantías. A pesar de esto, la profesora  admite que no estudiaba mucho. “Esta carrera no es muy complicada, es más terreno que teórica”, señala. ”De hecho, lo que  menos hice en mi etapa universitaria fue estudiar”, recuerda.

En una diaria tarea, hablar con sus alumnas.
En una diaria tarea, hablar con sus alumnas.

El mundo está cambiando…

Al ritmo de Lennon y Mick Jagger, la onda hippie invadía cada rincón del mundo. Junto con ello, los grupos sociales y las ideologíass, comenzaban a activar el escenario de nuestro país. Carmen, no se mantuvo indiferente ante este ambiente, “había que movilizarse”. Adquirió un rol fundamental en la organización de su carrera. En primer año fue presidenta de curso, en segundo presidenta del centro de alumnos y en tercero fue delegada del consejo de estudiantes. Pero sin lugar a duda,   una de las recomendaciones en las que enfatiza más la profesora  Luengo, es lo importancia de la vocación a la hora de estudiar una carrera . Recuerda con mayor satisfacción, es haber sido una de las líderes del primer curso en la historia de la escuela de trabajo social en  organizar una gira. ”Realizar una gira a Argentina, Uruguay y Brasil esos tiempos era muy difícil. Lo que más recuerdo de ese viaje es el bus en que fuimos, era  del recorrido Coronel, Concepción, Lota” (ríe).

Multifacética

Su vida profesional es extensa.  Comenzó  en el área de salud, en el Hospital Regional de Concepción, el Hospital de Niños “Leonor Mascayano” y en el Consultorio Tucapel. Posteriormente fue asistente social en la empresa “Multimarket”, además de ser directora en dos hogares de niños de Talcahuano y Hualpencillo. Respecto a la docencia, ha ejercido en la Universidad Católica,sede Talcahuano, la Universidad San Sebastián y en  la  nuestra.
Respecto al futuro de sus alumnos Carmen Luengo es optimista, pero asegura que quienes no sienten una verdadera vocación por el servicio social no deberían seguir estudiando. ”Lo peor que les puede pasar a los jóvenes hoy, es que tengan que lidiar con una vida en la que no realicen lo que más les guste. Creo que el tema vocacional debe ser prioridad para cualquier persona”.
La mirada de la profesora, vuelve a perderse en un horizonte pleno de anhelos y convicciones. El hecho de cumplir 25 años de trabajo en la Universidad de Concepción es un gozo tremendo, aunque el homenaje principal para ella es darse cuenta como sus ideas y emociones son capaces de transmitirse a quienes son sus alumnos e internalizarse en ellos..

Escrito por Juan Santana Castillo
alumno de la Carrera de Periodismo

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