Gracias a la invitación de la Dra. Paula Tesche, investigadora responsable del proyecto Fondecyt “Memorias colectivas de lugares y/o sitios de memoria en Concepción: emociones desde los imaginarios locales vividos”, el abogado Nelson Caucoto tuvo la oportunidad de retornar a Concepción para compartir algunas vivencias como litigante en causas de Derechos Humanos en el conversatorio “Memorias Colectivas del Biobío”, realizado con éxito y ante una masiva cantidad de asistentes en el Auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la UdeC.
En la oportunidad, el especialista (y ex alumno de la casa de estudios) compartió escenario con otras destacadas figuras dedicadas a la reconstitución y preservación de la memoria, como Paula Tesche, doctora en Ciencias Humanas, académica de la Unab y directora del proyecto que organizó la jornada; Nelson Muñoz, colaborador académico de la carrera de Periodismo UdeC e histórico miembro de la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI); y Gabriel Reyes, secretario de la Corporación por la Memoria y los Derechos Humanos de la Región del Biobío.
“Yo vivo en medio de la memoria hace más de 40 años. Por lo mismo, entiendo que la memoria no es sólo un depositario de datos del pasado, sino que es una compresión de la vida de este país a partir de lo que ocurrió en el pasado y que le da sentido a la vida del presente y futuro. Si uno no lo entiende así, no sirve. La memoria no es un archivador de hechos del pasado, ya que hay que darles un significado a los hechos del pasado para saber cómo lo proyectas hacia el futuro. Y más allá de la memoria individual, está la memoria colectiva que es tremendamente importante. En ese sentido, este tema es acuciante; es como un ‘Pepe Grillo’ en la sociedad. Esto ocurre porque la memoria tiene la capacidad de interpelarte el día de mañana sobre qué hizo uno o qué se hizo colectivamente frente a determinados hechos que cambiaron el rumbo del país; indagará en qué pasó, en qué aportamos, en qué fuimos cómplices, en qué fuimos autores, qué hicimos o dónde estábamos durante los sucesos de los sucesos del pasado que vienen con la dictadura militar, que son los hechos más graves que ocurrieron en Chile y, sobre todo, en esta región”, expresó Caucoto.
Respecto a la importancia de generar instancias o crear espacios para revivir y proteger la memoria, el reconocido jurista precisó que “es muy importante el tema de reconstruir la memoria y preservarla, pero el darle un sentido de futuro también es trascendental. Esto se da especialmente en materia de Derechos Humanos, ya que mi experiencia me ha hecho comprobar que el pasado nunca ha terminado de pasar. Por ejemplo, si tú le preguntas o le comentas que a un familiar de detenido desaparecido que su ser querido desapareció hace más de cuarenta años, esa persona te indicará que en su corazón eso no ha pasado ni por un minuto, que lo mantiene vivo en sus recuerdos y que siente que ese ser lo acompaña y lo guía. Sólo con ese ejemplo puedo asegurar que es tremendamente significativo que existan museos de la memoria en diferentes lugares de nuestro país. Sin embargo, también hay que tener claro que hay fuerzas que son retrógradas, que no quieren este tipo de espacios, que no quieren que se toque el pasado y que no exista memoria. Ellos luchan por eso porque si la sociedad deja de lado la memoria, no habrá crímenes y tampoco culpables. Esa es el negocio y la trampa que ponen normalmente los sectores más retardatarios de la sociedad. Para nosotros, en tanto, la memoria es un impulso para darle mayor contenido a la vida futura. Y, en ese aspecto, recuerdo que el tema de la memoria y de lo que pasó en Chile te da una significación de hechos”.
Es importante consignar que el proyecto Fondecyt “Memorias colectivas de lugares y/o sitios de memoria en Concepción: emociones desde los imaginarios locales vividos” (N° No 11170069), es una iniciativa que representa un valioso esfuerzo por continuar la línea de trabajo académico de tipo interdisciplinario desde el espacio regional, ya que es ejecutado por investigadores de la Universidad Andrés Bello y Universidad de Concepción.
