[OPINIÓN] ¡Es la economía, estúpido! O cuán estúpida puede ser la economía

Por Jorge Vergara del Solar / Académico de Antropología UdeC

El Ministro de Hacienda dio hoy una conferencia de prensa. La primera después de la crisis. Dijo que también había sido afectado, como el resto del país. Descubrió que su jardinero era simpatizante del Frente Amplio y tuvo que despedirlo después de 20 años de afectuosa explotación. Hay que extirpar la mala hierba, añadió.

Luego se refirió al país. Son tiempos muy difíciles, señaló. El índice 2+2 bajó 4 puntos; el pulgar, 3. Esperemos que el meñique se mantenga. De alza ni hablar, salvo en los precios de bienes básicos: whisky, caviar, autos deportivos y muñecas inflables para reuniones de empresarios.

La gente tiene que apretarse el cinturón, si es necesario hacerle un agujero más a la izquierda. Jamás a la derecha, a esa la defendemos nosotros a brazo partido y lacrimógena al cuerpo.

Las flores siguen siendo una alternativa de alimentación y romanticismo para las familias pobres. Recomendó una cena de recetario Lavín por 2 mil pesos con velas, la luz está cortada de todos modos. Los 5 niños los mandan donde la vecina, se renueva la pareja y se garantiza un sexto embarazo. Familias grandes, como las nuestras. En todo lo demás
esperamos no parecernos.

El Ministro es un hombre profundamente religioso. El mercado es la mayor expresión de la presencia de Cristo en la tierra. Parece no funcionar según lo previsto, no funciona de hecho según lo previsto, pero debemos mantener alta nuestra fe. Rezar en la casa y en la iglesia y jamás olvidar dejar una buena contribución monetaria al final. Eso ayuda a mantener firme la fe y al pastor o al cura.

El metro. No he estado nunca, salvo para inaugurar la línea 7, pero es un orgullo nacional. Ahora se deberá invertir en reparaciones que durarán un año. Ha sido la gente común y corriente la más perjudicada.

Yo personalmente apenas los conozco, pero siendo Ministro de Hacienda me dicen que tengo que referirme en tono paternal a esos ciudadanos a pie, a los que de vez en cuando hay que recordarles la prudente distancia entre ellos y nosotros.

La economía, me había olvidado. Hay que cuidarla, el mercado es frágil como el pétalo de la rosa que se comieron recién. Y tiene espinas que clavan el bolsillo de los menos favorecidos. Hoy por mí, los millonarios, mañana por ti, un empleo agotador y mal pagado.

La franqueza ante todo ¡y el franco suizo!. Compré 500 mil y vendí al 20% de ganancia, toda una AFP. Y, sobre todo, sin reclamos ni protestas.

El país, también lo olvidaba. Hay que hacer que la economía (mía, no tuya) vuelva a crecer. Si crece la economía, el Estado tiene más recursos para financiar programas sociales, aumenta el empleo y siguen bajando las rosas. Pero no las cuentas. Y esta cuenta se acabó, dijo el Ministro y se fue.

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