Conocer los trabajos de acompañamiento y contención que se realizan con los niños transgénero de la región del Biobío fue uno de los objetivos de la charla “Vivencias/Identidades de género y diversidades: realidad local”, que dictó María José Sazo, presidenta de la agrupación “Transitando en Familia”, a los estudiantes del electivo “Enfoque de Género en Intervención Comunitaria” del Departamento de Psicología UdeC.
En esta oportunidad, Sazo reveló que iniciativa surgió por la necesidad de visibilizar una realidad presente en muchos hogares de la zona y, también, para favorecer en la inserción de los chicos. “Nuestro trabajo está enfocado en el trabajo comunitario más que en la incidencia política, aunque también somos partícipes de algunos trabajos en esa área. Nosotros estamos enfocados en dar apoyo a las personas transgéneros -sobre todo en niños y adolescentes- e informar a la comunidad de qué se trata ser una persona transgénero o transexual y cuáles son las formas para transitar dignamente, previniendo los maltratos, discriminación y negación de derechos”, sostuvo.
La fundadora de la agrupación penquista también analizó la compleja realidad actual de los niños y jóvenes transgénero. “En términos legales, las personas transgénero o transexuales tienen que tener todos sus registros con su nombre que se les asignó en su certificado de nacimiento. Es cierto que se pueden hacer demandas en el juzgado civil para hacer cambio de identidad de género en el carnet, pero eso se convierte un proceso largo y bastante vejatorio, ya que queda al criterio -o descriterio- del juez que les toque y que los puede someter a algún tipo de intervención no apta o no digna para los chiquillos”, recalcó Sazo.
Por su parte, Lydia Gaínza, estudiante de cuarto año de Antropología de la Universidad de Concepción y colaboradora de “Transitando en Familia”, indicó que “el rol que estamos representando como organización es educar a la población. Queremos concientizar respecto al tema trans, ya que realmente nuestro país no se ha hecho cargo a nivel de políticas públicas ni a nivel de instituciones respecto a la problemática trans, especialmente los chicos que viven en constante marginación y constante invisibilización por parte de la sociedad. Por eso creemos que es sumamente necesario este tipo de instancias y esperamos que ojalá se hicieran más de este tipo en la universidad, porque existen muchos estudiantes trans que están aquí en la universidad y realmente han sufrido bastantes problemas con el tema del nombre social o su nombre del carnet”.
En esa misma línea, Emily Gómez, relató su experiencia como una de las integrantes más antiguas de esta organización. “Soy mayor de edad y tengo todo resuelto, pero constantemente asisto a las reuniones para apoyar a los chicos y aportar con mis experiencias. La idea es que ellos puedan sentirse más libres y no intimidados ante las miradas de los demás (…) Los niños de la agrupación que recién vienen empezando o transitando no saben cómo la gente los va a tratar. Yo sufrí mucho al principio. Viví mucha discriminación, problemas en el estudio, colegio, liceo, universidad, etcétera. Por eso yo les comparto mis vivencias, para que ellos estén preparados y tengan una idea de qué les puede tocar”, planteó.