Un encuentro que reunió a investigadores de distintas universidades del sur del país, especialistas invitados de Argentina y España, representantes de organismos del estado y de organizaciones comunitarias, se realizó en el marco del Proyecto Anillo “Patrimonio industrial: Formas de habitar colectivo en el sur de Chile. Aportes para su puesta en valor y recuperación integrada”, que dirige la académica de Historia y Sociología, Alejandra Brito.
La actividad fue inaugurada por el rector electo, Dr. Carlos Saavedra, quien valoró los aportes de proyectos asociativos, como los Anillos, desde la perspectiva de la interdisciplinariedad y los contactos interinstitucionales y que, en su opinión, están en línea de los desafíos que imponen los nuevos paradigmas de investigación en Chile.
También destacó que este proyecto “que releva el sur desde el sur” es una contribución a la descentralización del conocimiento “al pensar las regiones desde las regiones”, señalando, a su vez, que esta investigación ha puesto en evidencia la necesidad preservar tanto el patrimonio cultural y urbano vinculado al desarrollo industrial, como su memoria.
La investigación de tres años contó con la participación de las universidades de Talca, del Bío Bío, Austral de Chile y de Magallanes, el Ministerio de Obras Públicas y la Dirección de Arquitectura de Aysén y estuvo centrada en el estudio del patrimonio industrial -conjuntos habitacionales asociados a industrias- y su relación con las formas de habitar.
En una primera etapa el trabajo contempló el levantamiento de información de distintos conjuntos habitacionales construidos por empresas, desde la Región del Bío Bío hasta Tierra del Fuego. La Dra. Brito indicó que se revisaron 44 espacios residenciales en esta zona, 19 en las regiones de Los Lagos y Los Ríos, 6 en Aysén y 25 en Magallanes.
Durante el segundo año se desarrollaron talleres con los habitantes de esos lugares, “donde lo fundamental fue conocer cuál era el valor que ellos le otorgaban a su experiencia industrial en el territorio y realizar mapeos colectivos, con el fin de espacializar la memoria”, para terminar, en la última etapa, con una serie de encuentros con actores clave.
Aquí, el foco estuvo puesto en la búsqueda “proyecciones para la puesta en valor de estos conjuntos y la experiencia industrial”, lo mismo que el seminario final que -como dijo la investigadora- reúne a representantes del Estado, la academia y comunidades para pensar propuestas para el rescate de estos espacios, tanto desde el punto de vista material como de su patrimonio vivo.
En la Región, el proyecto abordó, entre otros, lugares emblemáticos en la zona del carbón (Lota, Coronel y Schwager) que han sido estudiados ampliamente; además de Tomé, con la industria textil. “Hablamos con ex trabajadores y familias; también con organizaciones sociales, el Consejo de Patrimonio de Tomé y la Mesa Ciudadana y hemos tenido conversaciones con la empresa que hoy es la dueña de la fábrica que fue declarada monumento el año pasado, todo con el fin de ver cómo articular redes entre los distintos actores”.
“Pero además de estos sitios emblemáticos, hay otros que han sido muy interesantes desde el punto de vista de la investigación, como algunos conjuntos de Cmpc en Laja y Papeles Bío Bío acá y otros vinculados a Enap como Villa Spring Hill, Esto es interesante porque se ha hecho un diálogo entre los conjuntos que se crearon acá y en Punta Arenas, tanto los campamentos mineros en Tierra del Fuego y las poblaciones que se crearon en Punta Arenas”, comentó.
La conferencia de apertura del seminario estuvo a cargo del académico de la Escuela Técnica Superior de la Universidad Politécnica de Madrid, Dr. Rafael García, quien expuso sobre las morfología de las poblaciones de industrias.
“Creo que vivimos un momento afortunado, porque desde hace un tiempo se está empezando a tener una conciencia importante del valor de estos lugares que surgieron en relación a ideales importantes de los propios empresarios, que querían crear comunidades amónicas, en las que el trabajo y la vivienda pudieran darse en unas condiciones inusuales en ese momento”, dijo el especialista.
Para el académico se trata de lugares que constituyen una creación cultural y estética, que tuvieron la intención de ligar a la población con su trabajo “y que dieron lugar a conjunto que tiene un valor que rescatar como memoria y como valor estético de las construcciones en sí”, señaló.