Escrito por Karina Fuentes – Panorama UdeC
El psicólogo cubano Jorge Grau Abalo, experto en la temática de calidad de Vida y quien se encuentra en la Universidad de Concepción trabajando con estudiantes del programa de magíster en Psicología de la facultad de Ciencias Sociales, explicó esta mañana que, al respecto, “lo primero que debemos entender es que la calidad de vida es un concepto que ha sido ampliamente estudiado, pero sobre el cual aún no existe consenso en su definición”.
Grau Abalo ha realizado sus numerosas investigaciones relacionando la calidad de vida y patologías como enfermedades crónicas y cáncer entre otras, y señala sobre el particular que “cuando un médico aborda el tema de la calidad de vida lo hace, la mayoría de las veces, desde el punto percibido por él, no por el reportado por el paciente y este es el primer error para conocer la calidad de vida de una persona afectada por una enfermedad”, señaló.
Académico del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología de La Habana, explicó que en los últimos tiempos se ha hecho muy frecuente el uso del término “calidad de vida” en variados contextos y según sus propios intereses. “Políticos, economistas, médicos, psicólogos, educadores, sociólogos y periodistas lo usan indistintamente, al tiempo que representa una premisa o aspiración, que ha sido sustento de todo tipo de discursos. Su estudio constituye un terreno donde varios especialistas aportan sus enfoques”. Sin embargo, indicó que el estudio de la calidad de vida “invita a abandonar posiciones tradicionales y vislumbrar fuentes comunes de abordaje”.
La complejidad de realizar estudios asociados a la calidad de vida se encuentra con tres problemas principales. El primero es lo que Grau denominó como la “indistinción conceptual”, determinada en gran parte por su naturaleza compleja, en donde suele confundirse con otras acepciones como bienestar, nivel de vida, satisfacción y felicidad. “En realidad, el concepto de CV es extenso o ambiguo. Si a un fenómeno tan complejo como es la vida humana se le despoja de su dimensión temporal (la cantidad), todos los atributos restantes corresponden a la calidad”, señaló el experto.
Otro problema se relaciona con la naturaleza de la calidad de vida, asociada a sus componentes subjetivos y objetivos. “Al primero de ellos corresponden definiciones globales basadas en el bienestar y sus dos marcadores básicos: la satisfacción y la felicidad. El componente objetivo se refiere a las condiciones materiales de vida, al nivel de vida, e incluye factores que determinan o influyen sobre la percepción que tiene el sujeto (presencia o no de síntomas, funcionamiento físico) y que suelen aparecer en las diversas definiciones usadas para el desarrollo de instrumentos de medición” explicó. Finalmente, está el tema de la objetividad, “que puede referirse al viejo problema de quién hace la evaluación: si un observador externo o la propia persona”.