Por: Jeannette Valenzuela – Panorama Web / 29 de junio de 2012
Una nueva mirada del momento que vive al país, a partir de un análisis del despertar ciudadano que se ha hecho visible en los últimos años y de manera más patente con las protestas estudiantiles de 2011, es lo que propone el sociólogo y decano de la facultad de Ciencias Sociales, Jorge Rojas, en su libro Sociedad bloqueada, que fue presentado esta mañana en la UdeC con la participación, como comentaristas, del ex senador Carlos Ominami, y los presidentes de las federaciones de estudiantes de las universidades de Chile (Fech) , Gabriel Boric, y de Concepción (Fec), Recaredo Gálvez.
Bajo un sugerente título, el doctor Rojas ha querido reflejar la contradictoria realidad de un país que tiene grandes potencialidades económicas, sociales, políticas, culturales, “pero que están frenadas, están bloqueadas, porque tenemos, por ejemplo, un sistema que no es suficientemente democrático, que no incorpora a la población, a los pobladores, a los trabajadores, a los estudiantes; a la sociedad civil, en general”.
Este, dijo, es un problema que se arrastra desde hace mucho tiempo y que se refleja en buenos resultados económicos y poco exitosos en lo social. “Si Chile quiere dar un paso importante hacia el desarrollo necesita incluir, incorporar a la población en el bienestar y el bienestar significa educación pública, básica, media universitaria gratuita y también otros sistemas públicos de protección social como la salud y la previsión”.
Si bien el texto tiene su arraigo en los más de 30 años que ha dedicado al estudio de la sociedad chilena –particularmente, dice, desde la instauración del modelo actual a mediados de los 70- este libro encuentra su génesis en el momento especial que se vive a nivel mundial y que tiene que ver con un fenómeno que él denomina la emergencia de las sociedades.
“En el pasado los sistemas sociales fueron, por lo general, construidos desde arriba, desde el Estado, desde los partidos políticos, desde la iglesia, y los ciudadanos siempre fueron mediatizados y, en muchos casos, manipulados por esas instituciones. Lo que ha estado ocurriendo ahora es que está surgiendo un despertar ciudadano; es decir, producto de los conocimientos, de la información, de las tecnologías, de los sistemas de redes, hay un impulso muy fuerte de la sociedad civil que quiere –y debe- ser considerada en la planificación y, sobre todo, en el acceso al progreso”, afirma Rojas quien agrega que si bien esto es nuevo, es un resultado de un cansancio histórico.
“No es algo de ahora, desde la era industrial, desde siempre hemos sido condicionados, determinados por fuerzas externas que han explotado nuestros recursos, nuestra inteligencia; nuestras capacidades, científicas tecnológicas, innovativas; nuestro trabajo y nuestra energía, entonces hay un cansancio de las sociedades, de las personas, por este tipo de situaciones que se prolongan por mucho tiempo”, señala.
Un cambio radical
Completamente alineado con la tesis propuesta por el doctor Rojas, se mostró el ex ministro del gobierno de Patricio Aylwin, Carlos Ominami, quien afirmó que la sociedad chilena está bloqueada “porque el sistema político, simplemente, no da para más”.
A juicio del ex senador las soluciones hoy no pueden encontrarse en reformas sino que se requiere de un cambio radical. “Las reglas con que está funcionando la democracia chilena son reglas extremadamente imperfectas, que están dando permanentemente un empate en función del sistema electoral, que están afirmadas en una Constitución ilegítima, impuesta a sangre y fuego en 1980, y que consagra la existencia de un mercado neoliberal y ese es el fondo del problema”.
Y es más. Para Ominami “no hay ninguna reivindicación importante, ningún problema fundamental planteado hoy por la gente que se pueda resolver en el cuadro de este estado neoliberal y de esta constitución actual”.
En este contexto, agregó, es muy difícil pensar, por ejemplo, en el fortalecimiento de la educación, “porque lo que protege la Constitución es la libertad de enseñanza y, finalmente, la idea de que la educación puede terminar siendo más un negocio que un derecho. Y esa es la razón por la cual yo creo que para fortalecer la educación pública hay que, lisa y llanamente, aunque suene una tarea muy ambiciosa, cambiar la Constitución”.
“Nos parece que el libro es un aporte al debate sobre la sociedad que se viene a partir de las movilizaciones sociales y de la emergencia de nuevos actores en la vida política, que estuvo enclaustrada entre 4 paredes, en una elite, y que hoy se abre para que la sociedad entera, el pueblo, comience a participar y allí se realiza un análisis muy interesante de las causas que han llevado a esto”, dijo en tanto el presidente de la Fech, Gabriel Boric.
En tanto, a juicio del presidente de la FEC, Recaredo Gálvez, en la visión del libro sobre el movimiento estudiantil faltan algunos “elementos de crítica en relación a ciertos actores, como el Consejo de Rectores, la relación que se produce entre las instituciones y la democracias internas”.
El dirigente estudiantil señaló que una crítica del movimiento al texto tiene que ver con que faltó demostrar “cuan al debe estamos desde las instituciones que hoy forman la educación superior y la educación secundaria”, tema que –dice- no fue suficientemente desarrollado, sin embargo –afirmó- “el libro logra ser un tanto más rupturista, en cuanto a lo que estamos acostumbrados a leer en esta materia”.